Cualquiera que haya ganado dinero jugando al póquer tuvo o tiene la ilusión de dedicarse a esto profesionalmente. Decirle hasta siempre a su jefe, basta de rígidos horarios, nada de cruzar toda la ciudad con la locura del tráfico para llegar al trabajo. ¿No Sería lindo esto?
¿A quien no se le ocurrió? ¿Esto es una quimera? ¿Una utopía?.
Ian Taylor y Matthew Hilger dedican un buen espacio a esta cuestión en su memorable libro “La mentalidad del Jugador de Póquer (The Póquer Minset)” y señalan que en estos tiempos esta perspectiva se ha visto incrementada por la posibilidad de jugar online, frente a una computadora, sin siquiera tener que salir de su casa.
“Si se pregunta si tiene lo que hace falta para ganarse la vida como jugador profesional del póquer, o si ya está pensando en hacerlo, es necesario que lea este apartado. Si cree que no le es de aplicación (que debería ser el caso de la mayoría de los lectores), siéntase libre de saltarse el apartado o leerlo por curiosidad”, afirman con firmeza los autores.
Como primera medida debemos apuntar que cada jugador es distinto, pero son muy cautelosos y ellos mismos dicen pecar de exceso de cautela y aconsejar que no deben dedicarse completamente a esto. “Nunca se equivocará demasiado si conserva su trabajo diario y deja el póquer como afición lucrativa”, sugieren.
Luego plantean una serie de preguntas que se deben contestar satisfactoriamente antes de poder tomar la decisión de hacerse profesional. Pero eso lo veremos en la próxima entrada.
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